El cuerpo de las mujeres

El cuerpo es una unidad simbólica, intencional que sostiene y arraiga al ser humano en el mundo. La conciencia de mi corporalidad no es algo que involucre una excesiva elaboración mental, asumo el cuerpo, el cuerpo soy yo misma, lo arrastro día a día, una unidad irreductible. Mi cuerpo es la unión, es unidad, mi cuerpo es todo lo que soy, el sentido del espacio del cuerpo es el propio cuerpo, en él todo es exterior e interior al mismo tiempo.
Hay palabras, conceptos, rituales, demarcaciones, símbolos, que exclusivamente tienen que ver con los usos y funciones del cuerpo. Hay cambios en él, y todo absolutamente todo evento que ocurre en mi vida deja su huella y marca en mi cuerpo; la palmada del nacimiento, la succión del pecho de mi madre, mi primera caída infantil, la primera caricia que quise dar, la primera caricia que recibí de un "otro/a" amante, un golpe, otro golpe, las veces que de pura pena no pude comer, cuando no pude dormir porque tuve miedo, cuando reí porque me sentí amada, cuando lloré porque me dolía el dolor, cuando tuve a mis hijos, cuando perdí mi pecho por culpa del cancer, y cuando casi al final de mis días tozudamente insisto en vivir.
Y hay más palabras: depresión esquizofrenia, insomnio, cefaleas mal dormir, dolor de espalda, rigidez, temblor en las manos, angustia, todas palabras que remiten al malestar, todas palabras del doler del cuerpo y del alma, todas palabras dichas y repetidas para signar el sufrimiento, para rotular, definir y que en mi/nosotras se hacen carne y experiencia, cobran presencia e implican un sentir.
Yo no se muy bien por qué estoy aquí, me dijeron que me podían ayudar, me gustaría saber por qué me pasa lo que me pasa, hace años que no logro dormir una noche sin pastillas, no me siento bien, mis hijos no me acompañan, mi marido tuvo una aventura, hay "otro" que abusa de mí y hay días que todo me duele.
A veces siento ganas de gritar pero no puedo, quisiera irme, dejar todo botado y que nadie me pidiera nada, no tener que seguir, evadir, dormir, descansar. Ay, la gente cree que la pega de la casa es liviana, o que a una no le cuesta dejar los niños para salir a trabajar, a veces la plata es poca y pareciera que las cosas nunca van a mejorar.
Tengo miedo, descubro cosas de mí, en mi pasado, en mi historia, cosas que no quiero ver, me resisto, me desprendo de mi propia vida, como si fuera la vida de otra que no soy yo, así parece que fuera más fácil y doliera menos. Vano intento, duele, duele igual, aunque niegue y me resista, aunque crea que mi vida será mejor si logro olvidar, olvido...olvido que no me lleva a ninguna parte, más que a alejarme de mí misma.
Negar, negar los eventos, negar el dolor, ignorar el sitio de la tristeza, dolor, negar los desvaríos que me indican que no todo está bien, negar, no hablar, no decir, evadir, enfermar.
Me siento sola, todos me miran raro, empiezo a enojarme, grito incluso a veces, y pregunto, busco respuestas y explicaciones, y evado el silencio, ese silencio que se funda en no querer enfrentar con palabras y sigo hablando y preguntando, y no me importa que me digan loca, que me llamen bruja, pero no importa yo estoy viendo otras cosas, tengo gente cerca, otras que como yo no la han pasado también, y escucho historias que parecieran ser también como la mía.
Y aquí me encuentro haciendo esto por mí, quizás por primera vez advierto que algo me es propio, que yo también necesito amor, afecto, cuidados y que soy plenamente merecedora de ellos, que yo sí valgo, por lo que soy y no por como me ven los ojos de los demás. Quiero crecer, me niego a pensar que la vida sólo puede ser tristeza, hay cosas que me dan gusto, descubro partes de mí que no se cuando deje de sentir, recuperándome, recuperándonos, sanándome sanándonos.
Y se habla de violencia, en el mundo, en el país, en la casa, esa es la que me ha tocado conocer, la que se ha ejercido sobre mí, la que ejerzo yo en otros y la que le impongo a mi cuerpo, violencia, díficil palabra,cuerpo dificil territorio.
Y en mí ambos se unen, cuerpo y violencia se conforman en una coordenada, por la cual transita parte de mi experiancia, donde se conjuga la parte de mi historia que espero transformar en la parte de mi vida que deseo dejar atrás, sin perderme de ella, encóntrandome y acogiendome, a mí, a la persona que soy, a la persona que quise ser y a la que he visto que puedo llegar a ser. Mi presente, mi pasado, mi futuro.
Desde ahí, cuerpo territorio desconocido y matratado y que ha pasado a ser hoy territorio reconocido y amado y aún mejor reconquistado.
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