El beso que era beso pero no era…

Pierdo la cuenta de las veces que miré esta foto, encantada con la fuerza que emanaba de ella, que a la vez era suavidad e intensidad.

Le tenía en la retina y la memoria como tantas cosas que pasan por el imaginario y que se van quedando…como una propaganda o la letra de una canción que te suena en la cabeza…una vez leí de un concurso que buscaba saber quienes eran los besantes, quién la dama quién el señor…me quedé esperando por saber e incluso aventuré una historia…Y durante el fin de semana encontré un reportaje que afirmaba que el beso no era espontáneo y que los que se besaban tenían nombre y domicilio conocido, que todo era un montaje del fotógrafo. (parece los modelos fueron novios por un par de meses)Ahora eso es lo que menos importa (aunque el descubrimiento de eso le trajo mucha tristeza al señor fotógrafo), pero me quedó dando vuelta esa noción del montaje-beso, de cómo podemos recrear algo y dar la impresión de que eso es verdadero a los ojos del resto, de los que miran “pero no saben”, cuántas veces un beso se da para que sea “visto” por los demás, cuántas veces se toma la mano del otro para que se “vea” que estás acompañado(a)…Cuántas veces hemos realizado un montaje que simula amor, cuántas veces estamos dispuestos(as) a seguirlo haciendo?...