domingo, 27 de agosto de 2006

Flores de Ciruelo


A la entrada hay una maceta con monedas, y en el jardín de adelante: paico, clavelinas, iris, poleo, y quien sabe cuanta cosa más. Me acuerdo de La Jardinera de la Violeta Parra...

La casa es como las memorias, llena de escondites y recuerdos, cosas antiguas por todas partes, fotos y unas gatas señoronas que vigilan calmas nuestros pasos.

Mientras ella cocina, yo me apoyo en el borde de la puerta y miro todo... los frascos, los muebles, el hervidor, la olla que comienza a subirse, muevo la tapa… y hablamos de viejos, de nacimientos, de mermelada, de la carbonada y la ensalada de apio con palta. Y yo sigo mirando, mientras ella me habla y rescato su imagen de hace 16 años atrás en lo sutil que sigue en su mirada, como en sus palabras y su forma de sonreír, en sus ojos del color de la miel y en ese aire a campo y flores silvestres de otro tiempo. Y yo mientras le hablo, pienso que no tengo mi casa, que ando errante y que la casa donde vivo no me pertenece, (y en que ayer lo vi), y lo dejo pasar…y salimos al patio, que es largo y lleno de matices de verde, y con cañas, palmeras, parrilla, maderos, parrón, el perro que corretea la gata del vecino, y nosotras; comiendo y hablando de lo que nos convocaba, de nuestro pensar juntas, en este ser madres de una idea que nos seduce e ilumina los pensamientos, de los esfuerzos nos unen y en que es posible que resulte esta preñéz de sueños, si le ponemos talento y ganas, porque de eso se trata también. Aunque la cosa se ponga ruda, aunque tengamos factores en contra y aunque nos duela... porque eso pasará, porque este hijo dolerá, como duele querer, como duele mirar hondo, como duele recordar, como duele parir… Mientras hablábamos me di cuenta de las flores de ciruelo,(y en que ayer lo vi...y estaba con ella) de que estaban ahí sobre nuestras cabezas, y me acordé que no tengo casa, (y en que ayer le vi después de tanto tiempo) y advertí que ya no era importante, que podía pasar por su lado, y reírme aunque estuviera cerca (y con esa ella), y seguir caminando…dándole la espalda y que ahora estaba ahí que ya es otro día y mientras gestaba un nuevo hijo y yo pensando y las flores del ciruelo sobre nosotras, y el sol que nos calentaba un poquito y yo sin casa sin casa y feliz (y ayer lo vi con ella con esa ella)

Me acuerdo de La Jardinera y en lo que había que hacer para olvidar....

9 comentarios:

Unmasked (sin caretas) dijo...

generalmente son objetos los que nos llevan al pasado,no hay caso, el pasado tarde o temprano nos alcanza...solo hay que saber olvidar, y si cometiste errores, perdonarse.

Besos y buen post

petra

FUI_YO dijo...

Los recuerdos... son tesimonio de que tenemos una memoria viva!

alein dijo...

enigmàtico y cálido sueño, el que escribes. también me conmueven los frutales en flor, no sé si son ciruelos o avellanos, (los rosados), pero es algo muy dulce la primavera.

un abrazo

Águila libre dijo...

Hola, recuerdos del ayer, siempre están presentes, lo bueno de ello es que nos recuerdan las cosas buenas y también las malas y a ambas hay que tenerlas presentes.

Muchos cariños

María Paz

Pablillous dijo...

momentos compartidos y llenos de pequeños objetos que los llenaron

César-in dijo...

Shuuuuuuuu. No comments... Only kisses.

César-in dijo...

Shuuuuuuuu. No comments... Only kisses.

Angélica dijo...

Qué relato más conmovedor, triste, tan bien redactado que me imaginaba bajo tu ciruelo... pucha, porque el amor tendrá que ser así? tan desolador, tan arrebatador.

29/agosto

Anónimo dijo...

Puuuuuufff me quede patidifusa ¡¡se ve tan linda mi casa con tus ojos!! Es cierto que en Primavera tiene un embrujo de novela....con sus flores, el verdor, los olores (de campo en medio de todo este cemento)...y si sera seguramente un hijo que pariremos con esfuerzo este sueño comun....Y oye insisto:TENIS DEOS PAL PIANO sobretodo cuando te sale del alma..
un abrazo
Vivi