martes, 2 de octubre de 2007

El Patio De Mi Tu Casa

* Ruth Araceli Rodríguez

No iba a decir nada, iba a dejar que los recuerdos me atravesaran y se diluyeran, iba a olvidarme que esta fue mi casa, que este fue mi patio, que acá me senté alguna vez a fumar un cigarrito. Que hicimos una fiesta de disfraces con las Juanas, que yo me vestí de puta, y mis amigas de diosas, que había una sacerdotisa verde, que el patio se llenó de globos y de risas, que llegaron los pacos y salió a recibirlos una monja sexy, mientras yo hacía que dormía la mona pa’ no ir a entenderme con los pacos porque no me gustaban y nunca me van a gustar y que yo esperaba cosas en ese tiempo, que todo era tan intenso y yo me reía de otra forma.

A veces iba a la feria, teníamos perros y gatos, muchos gatos, que nos iban siguiendo por Santiago, teníamos otras cosas, teníamos… yo te tenía a ti, y de alguna manera tú me tenías a mi, nos tuvimos, la una al otro, el otro a la una, a las dos, a las tres, a las cuatro a todas las que yo era en esos tiempos que mi alma estaba tan dividida. Y ahora en el patio hay todo lo que no había antes y yo me paseo sintiendo que todo lo que existe ahí no es mío, pero que nada de eso me es ajeno, porque no me gusta que se esté oxidando la salmandra tirada en el patio y pienso en volver, a la casa, a ese lugar, me pregunto dónde será mejor dormir, si hacia a la calle o volver a la pieza que da al patio, que es la más linda, la más silenciosa, pero tiene demasiada historia, ahora todo tiene demasiada historia, todo tiene un antes, todo estuvo aquí, y voy a tener que ir con eso, con todo eso en cada lugar, en cada tarde, en cada día que me acuerde que de tanto tenernos ya no nos tenemos como nos teníamos y voy pensando en eso… en como te tuve, en como nos tuvimos, en como aún pese a todo y con todo y sin el todo, con los perros que se fueron, con la huída de los gatos, con la pérdida de los resguardos, con la sapiencia de los años, con la clarividencia que hubo en las noches en que todas se sentaban en la cama a pedir cosas distintas que nunca obtuvieron, pero que insistían en salir a buscar cada una por su lado hasta que por fin las pude juntar en una sola que no iba decir nada y que no dijo nada y solo se sintió feliz porque te tuvo y siempre te tendrá. Sin el patio, pero con tu imagen ahí, paseando a una perrita con cara de perrita con una correa rosada, mientras yo me voy, sin el patio, pero con todo lo otro, que es más.

9 comentarios:

César-in dijo...

Sólo lo que te llevas es lo que cuenta. Aunque lo dejes, aunque no lo recojas. Lo que se lleva en un corazón como el tuyo, siempre es más de lo que nadie pueda valorar.

Claudia Castora dijo...

Ya no me está resultando escribir asi de bonito...ando como en otra.
A veces tambien hecho de menos los tiempos en que llegando cada mañana me ponía a soñar en los encuentros de un Patio Trasero.
Este escrito me trajo ese recuerdo.
Te releo y me encanto, como cada día que pasa.

Pancha dijo...

Que lindo cuando te nace la inspiración, recordé esos tiempos en que me escondía en el patio de mi casa para un beso indebido por ahí... precioso Siempre...

alein dijo...

es bueno poner las cosas en órden, aunque el patio esté desordenado y algo ajeno, aunque, como dices tú, nunca tanto. se van enrielando los afectos, ocupando su lugar, siempre móvil, incierto, pero en el fondo, con sus propios pesos.

besos

Boga dijo...

Me gusta leerte, es como reencontrarte, aunque ahora estes o estoy o estamos mas lejanas.
Este mundo paralelo de palabras que quedan libres por ahí, me queda grande; no tengo todo el tiempo que quisiera, no puedo responder a tod+s, no me puedo sentar a escribir siempre que lo deseo...
Te estoy extrañando...

Angélica dijo...

Querida Siempre, me encantan tus escritos. Me paseo contigo por todos los rincones que mencionas. Me llevas por todas esas emociones y sensaciones que transcribes.

Así es con todo, nos llevamos todo a cuestas.

Te dejo un gran beso. Te he extrañado y te echo de menos por ahí.

fgiucich dijo...

Un patio que ya es recuerdo, pero encierra vivencias que nunca podrás olvidar. He leído con placer. Abrazos.

Jaime Antonio dijo...

hola


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Vico dijo...

Que manera de escribir!!!
Me encanta este relato...
los patios de las casas se me quedaron lejos tan lejos que ni siquiera aparecen en los recuerdos...

de veras, me ha gustado mucho este escrito