domingo, 10 de agosto de 2008

Siempre y Adiós




El Doliente

Oscar Hahn

Pasarán estos días como pasan

todos los días malos de la vida

Amainarán los vientos que te arrasan

Se estancará la sangre de tu herida

El alma errante volverá a su nido

Lo que ayer se perdió será encontrado

El sol será sin mancha concebido

y saldrá nuevamente en tu costado

Y dirás frente al mar: ¿Cómo he podido

anegado sin brújula y perdido

llegar a puerto con las velas rotas?

Y una voz te dirá: ¿Que no lo sabes?

El mismo viento que rompió tus naves

es el que hace volar a las gaviotas.


Siempre…Siempre, como adjetivo extenso que abarca un todo, que no existe, al menos como todo. Siempre la posibilidad y siempre el sur como destino al que quiero llegar.

Y las palabras y hoy. Y YO, ante esta hoja, poniendo acá afuera; como tantas otras veces, un poco de mi dentro. Y las sensaciones, que me recorren, en medio de los suspiros suspirosos del ejercicio solitario de pensarse.

Siempre la posibilidad, de hacer, de no hacer y de detenerse “…a un lado del camino”.

La lejanía de las interrogaciones ajenas; eso ha significado este tiempo de ausencia, tratando de descifrar esos recodos ingratos que tiene la vida. Pensando y sintiendo las dificultades, tratando de ver desde mi personal. En la personal. Y no me cuesta eso, lo que cuesta son otras cosas, cuestan las decisiones, como cuestan sus consecuencias.

Ahora no escribo, pero tengo la cabeza, llena de historias y cuentos, ando con una libretita en la cartera para anotar las ideas, pero ellas se aparecen, me miran y se van corriendo y yo no se donde.

Ha sido el tiempo de lo menos, de los vínculos, de los desafíos y de las tristezas.

Hace días que decidí cerrar este blog, quería volver a leerlo entero antes de hacerlo, pero estoy tan lejos de esa que empezó con él hace dos años. Y ya quiero dejarla ir.

Hace unos días celebré mi cumpleaños, celebrar es una manera extraña de decir, celebramos la vida, yo insisto en hacerlo. Así como celebro los encuentros y conmemoro las ausencias. Y hubo mucho de eso en este lugar. De exorcizar demonios, de reconocer los propios, de amigarse con algunas oscuridades y dejar aparecer la luz que me habita.

Me despido, como una se despide de un amor bueno que la acompañó con fidelidad. Y me despido, porque he descuidado a este amor, porque le perdí el cariño, y me fui a buscar otros amores. Aún no encuentro, pero sigo buscando, y este debo dejarlo ir. Y me siguen rondando, la vida y la muerte, la vida que llevo con insistencia y la muerte que me acompaña como telón de fondo en esta historia mía que a veces me sabe dulce y otras amarga. Toda contradicción, como soy y me revelo en mis desvaríos, en esas “otras madrugadas” donde sólo estamos misma y yo.

Gracias a tod+s ustedes por estar y Adiós.

lunes, 21 de abril de 2008

Bello poema a propósito de las ausencia y esas cosas no explicables que suelen ocurrir a las personas que tienen algo más que músculo cardiaco en el ♥

Por Julio Garcia

Canción

Allen Ginsberg

El peso de este mundo
es el amor.
Debajo de la carga de la soledad,
debajo de la carga
de la insatisfacción

el peso,
el peso que cargamos
es amor.

¿Quién podría negarlo?
Toca al cuerpo en los sueños,
crea milagros en el pensamiento,
en la imaginación padece
hasta que se concreta en otro cuerpo
-y mira desde el corazón
ardiente en su pureza-
porque la carga de la vida
es el amor;

sin embargo llevamos la carga con fatiga,
por eso es que debemos descansar finalmente
en brazos del amor,
descansar en los brazos del amor.

Sin amor no hay descanso,
no se duerme sin sueños
de amor-
Y aunque estés loco, obsesionado
con ángeles o máquinas,
el deseo final es el amor.


-Nunca es amargo,
y no sabe negarse,
no sabe contenerse aunque lo nieguen

es demasiado el peso.

-Y da sin esperar a cambio nada,
así como la idea nos es dada en soledad
en toda la excelencia de su exceso.

Los cuerpos tibios brillan juntos en lo oscuro,
la mano busca el centro de la carne,
la piel tiembla feliz
y el alma llega alegre al ojo-

Sí, sí,
esto es lo que quería,
es lo que siempre quise,
volver
al cuerpo
en que nací.

miércoles, 16 de abril de 2008

Otoño



El otro se fue. Muchas cosas se fueron, pero otras tantas permanecen y se quedan no más.


No me sorprendo mucho.


Ando breve, minima, pequeña en mis anhelos y calladita.

Les recuerdo.

sábado, 16 de febrero de 2008

Verano


Por ahora decido cambios en el rumbo, elaboro la ruta. Sabiendo que puede ser que cambie de parecer a última hora. Pero así es, de a poco se avanza, lento como es con las cosas que quieres resulten bien.

Me despido de algunos sitios donde nunca fui bien recibida, me quedo en los que me son imprescindibles. El resto es parte de la anécdota. De esas cosas que comentaremos entre risas el día de mañana cuando volvamos a encontrarnos.

No se trata de oscuros hoy, son sólo matices, del azul al rojo y toda la amplia gama que hay para combinar.

No preguntes más por mi silencio, porque es lo que te concedo. La ausencia es sólo una manera más de hacerse presente.